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Autor: Rosa Conticello
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SATURNO: TIEMPO, TRANSFORMACIÓN, CRISTALIZACIÓN (y II)
¿Cuales son las verdaderas necesidades de nuestro ego? ¿Nos atrevemos a admitirlas o nos escondemos detrás de lugares comunes y fachadas falsas?


El ego es el sé, es nuestra realidad, Saturno habla de verdad y realidad, supone sintonizarse con el verdadero "sí mismo", darse cuenta de las propias fuerzas escondidas y de las propias debilidades.
Y es en este punto cuando Saturno "el severo" se convierte en nuestro amigo y lo es de verdad: ¡no nos deja andar hasta que no hemos asumido la lección!


Saturno es la falta y la necesidad tan evidentes en la dialéctica Cáncer-Capricornio, Luna-Saturno: en este eje, en la conciliación de estos opuestos está uno de los puntos fundamentales para la comprensión del planeta.
Tal vez, precisamente por esta necesidad de conciliar la rigidez y la intransigencia saturnina con la dulzura y la morbidez del sentimiento lunar, Saturno es tan importante en las relaciones afectivas de cualquier naturaleza, no por casualidad Saturno se exalta en Libra.


Cuando en una relación Saturno de uno viene a encontrarse en aspecto con el ascendente y los planetas del otro, en particular con el Sol y los planetas de la afectividad, el vínculo adquiere particular importancia, es como si el planeta se diera cuenta de repente de las propias necesidades y de las propias carencias y reconociese en el otro la posibilidad de satisfacerlas.


Si la dinámica de estos planetas es armónica, podemos tener relaciones importantes y duraderas, donde se establece un intercambio positivo y equilibrado; en los aspectos dinámicos y en la conjunción, se tienen a menudo relaciones intensas pero que provocan dolor, donde se siente la ineluctabilidad del destino que nos pone de frente a situaciones frustrantes, precisamente porque, tales emociones nos enfrentan a aquellas carencias y necesidades que tienen raíces lejanas y que no sabemos confesarnos ni siquiera a nosotros mismos.

Por lo tanto hay fuertes juegos de proyección, rigidez y negación, casi como si el destino hubiera elegido aquella relación como ocasión de crecimiento y comprensión de las propias dinámicas interiores.


Saturno, como dice Liz Greene, es lo que no soportamos en los otros, porque representa la parte mutilada de nosotros; es de hecho, el guardián de esos malestares nuestros que no queremos reconocer y que a menudo tratamos de endosar a los otros o que salen a flote a través de bloqueos, complejos y frustraciones, que nos llevan a provocar siempre el mismo tipo de experiencias dolorosas hasta que consigamos comprenderlas.

Los aspectos que el planeta forma en el interior del tema natal tienen una importancia fundamental para la comprensión de las propias dinámicas interiores.


Tanto los aspectos positivos como los dinámicos reclaman responsabilidad, esfuerzo, sentido del deber, por lo tanto ambos son demasiado pesados y limitadores de vivir. Los aspectos armónicos desarrollan instintivamente, sin excesivo esfuerzo su tarea y su función: Saturno en aspecto favorable a los planetas personales da seriedad, sentido de responsabilidad, racionalidad, buen conocimiento de sí mismo y aceptación del tiempo que pasa; a veces, una cierta severidad y intransigencia que requiere también de los otros el mismo tipo de esfuerzo que uno mismo está dispuesto a dar.


Los aspectos dinámicos representan nuestros puntos débiles, alimentan miedos y sombras hasta que el individuo se convierte en consciente y sabedor de la propia vulnerabilidad; estos aspectos trabajan en modo engañoso, particularmente los de Saturno a las luminarias que tienden a minar al individuo en su seguridad, la parte sombra se dilata con la consiguiente dificultad para reconocer como propios los malestares del alma.
Particularmente inquietante es la presencia de un Saturno aislado en el interior del tema, el individuo encuentra notable dificultad en reconocer el propio rol; esfuerzo y responsabilidad se ejercen solo cuando los tránsitos críticos implican al planeta que de por sí encuentra dificultad para expresar y reconocer su propia tarea.

Dolor y sufrimiento irrumpen por sorpresa y encuentran a un individuo sin preparar para afrontarlos, se convierte en particularmente difícil para el planeta expresarse a través de sus potencialidades evolutivas. Saturno, planeta del destino, Señor del Karma, o mejor dicho Señor del Dharma, el sector del tema en que se encuentra Saturno o regido por él, indica el camino donde tendremos una importante tarea que desarrollar, donde estará la exigencia de mayor esfuerzo y sacrificio y ahí nos sentiremos menos seguros y tenderemos a compensarlo excesivamente desarrollando ansiedad y bloqueo. Pero precisamente en este sector tendremos las mayores posibilidades de comprender nuestro rol en esta existencia.


Es este un campo de experiencia del cual no podremos eximirnos, trabajar bien en el sector en el que se encuentra Saturno, aceptando los limites, el dolor y el sacrificio que podría sernos propuesto, significa salir al encuentro de nuestro destino.

Dolor, miedo, despego pueden ser superados a través de la aceptación, la comprensión y el amor “el fin del dolor es el principio de la sabiduría y por lo tanto de la inteligencia” (S. Krishnamurti).


Traducido del original italiano por Astro-Campus de:
http://www.cidacatania.it/articoli.asp?id=90

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