Algunos conceptos divulgados por los programas radiofónicos
o las columnas astrológicas de revistas populares
acaban creando concepciones simplistas y muchas veces
erróneas. Es el caso del conocido "infierno
astral", un concepto muy difundido que tomó
una importancia indebida.
Astrólogos muy activos en Internet suelen recibir
e-mails de lectores que a veces hacen preguntas relacionadas
con conceptos simplistas, deturpados o a veces hasta
inexistentes para la práctica astrológica.
Es el caso, por ejemplo, de "infierno astral",
expresión que de vez en cuando surge en las preguntas
de lectores con conocimiento superficial de la materia.
Carlos Hollanda, al recibir un de esos e-mails, decidió
escribir un pequeño artículo que esclarece
las (muchas) mentiras y (pocas) verdades sobre este
asunto.
La pregunta:
¿Cuando el infierno astral llega
las cosas siempre fallan? Es que estoy en él
ahora y noto que las cosas están más difíciles.
¿Usted tendría una explicación
para eso?
La respuesta de Carlos Hollanda:
El asunto "infierno astral" genera una cierta
polémica incluso entre astrólogos profesionales.
Para la mayoría de las personas, hablar de eso
es una buena justificación para culpar al cielo
por las cosas que fallan. Sería estupendo, ¿no?
Como seres humanos todos nosotros creemos mejor poder
contar con un chivo expiatório para todo lo que
no queremos que sea nuestra responsabilidad. Solo hay
un problema: somos dueños de nuestro destino
y, como los astrólogos orientados filosóficamente
dicen, no existe una "influencia benéfica"
o "maléfica" que venga de fuera de
nosotros mismos. Nosotros hacemos que las cosas pasen,
por mucho que no queramos admitirlo. Son varias las
teorías que podemos usar a favor de esta afirmación.
Entre ellas están las psico-analíticas,
el inconsciente colectivo (Jung), y el encadenamiento
de acciones anteriores a un determinado evento, convergiendo
hacia el mismo a través de una reacción
en cadena que siempre vuelve al agente primario, es
decir, a nosotros. Entrar en las consideraciones esotéricas,
que por si solas bastarían para crear millares
de preguntas más complejas, llevaría tiempo
y podría confundir sin una introducción
adecuada. Con todo, las teorías al respecto del
karma, campos vibracionales, psiquismo y otras nos pueden
ayudar en la comprensión de los altos y bajos
de la vida.
Para quien no es astrólogo, oir (o leer) esto
de un profesional del área puede parecer paradójico,
pero ni planetas, ni signos provocan los problemas.
Cuando un planeta está en un punto de nuestro
mapa que indica experiencias tensas o frustrantes, en
realidad corresponde a una función que el ser
humano y la naturaleza tienen en común. Poniéndolo
aún más sencillo: no es el supuesto "poder"
del planeta lo que hace con que las cosas fallen, sino
nuestra propia falta de percepción de que hay
un vínculo entre nosotros y el medio ambiente.
Y eso incluye todo el medio ambiente: el hogar, la familia,
la sociedad, las calles, el trabajo, la ciudad, el país,
el planeta, la naturaleza, la galaxia etc. Si es así,
estamos ligados, aunque sea inconscientemente, a los
mismos ritmos del universo y, no se sorprendan con lo
que voy a decir ahora: todo el resto del universo también
está ligado a nuestros ritmos. Es verdad. Sé
que nuevamente parece una locura, pero hay una ley de
reciprocidad universal, bastante visible en los estudios
de la física cuántica.
Las columnas de periódicos y los programas radiofónicos
popularizaron la idea de un "infierno astral"
temible y aterrador.
¿Qué diría mucha gente con certezas
absolutas sobre el funcionamento de lo que llamamos
"realidad" si supiese que la consciencia del
experimentador altera el sentido y el resultado del
experimento? Pues así es. Se descubrió
que las partículas subatómicas se comportan
como ondas de energía o como partículas
de materia. Se descubrió, asombrense, que los
mismos factores observados por científicos diferentes
se comportaban de una manera diferente con cada cientifico.
Eso sucede especialmente de acuerdo con lo que el observador
cree. En caso de que el lector sienta necesidad de una
argumentación más convincente, recomiendo
la lectura de los trabajos de Fritjoff Capra (El Tao
de la Física) y las investigaciones sobre la
teoría del campo morfogenético de Rupert
Sheldrake.
Si alguien prefiere admitir que existe una influencia
planetaria en los acontecimentos, entonces tendrá
que admitir también que los acontecimentos son
influidos por el ser humano y por su percepción
acerca de lo que piensa estar viendo.
No somos marionetas. Somos seres co-creadores, somos
co-participantes del acto de creación y de producción
de la vida. Si estamos "regidos" por alguna
cosa, es porque esa cosa todavía no fue percibida
por nuestra consciencia, pero esa cosa forma parte de
nosotros, sin duda. En la medida en que somos más
y más conscientes, también somos más
capaces de poner el destino en nuestras manos.
Solo un final de ciclo
És verdad, estoy filosofando mucho, pero no
me desvié del asunto. Vean solo: existen varias
formas de clasificar el llamado "infierno astral".
Estas son algunas que conozco:
1- Se inicia 40 días antes del cumpleaños.
2- El infierno astral son los últimos 30 dias
antes del cumpleaños.
3- Es el paso del Sol por el signo que precede a nuestro
signo de nacimiento.
Algunos axiomas absurdos son sugeridos por "agoreros
astrológicos", como decir, por ejemplo,
que el "infierno astral de Leo es Piscis".
¿Cómo? ¿Por qué? La respuesta
se basa en una gran confusión de datos muy pincelados,
pero muy esporádicamente, respecto de la naturaleza
del signo de Piscis, que se refiere simbólicamente
a la abnegación, al retiro, a la contemplación.
Si así fuese, Piscis sería el infierno
astral de todos. O peor: el símbolo zodiacal
sobre el cual alguien tiene algun tipo de preconcepto,
está claro, sería su infierno astral.
Si yo juzgo haber sufrido a manos de un canceriano,
entonces preciso evitar a todas las personas de Cáncer,
porque son el "infierno". Ya decía
el buen y viejo Sartre que "el infierno son los
otros".
El período que antecede al cumpleaños
también es un final de ciclo. Si observamos cuidadosamente,
los finales de ciclo son épocas desgastantes,
a veces tristes, a veces monótonas, a veces dolorosas,
pero siempre poco atractivas en relación a las
fases de crecimiento. Así, el "infierno
astral" o el cierre del ciclo es parecido a una
muerte, al término de un enamoramiento y a la
fase de falta de creatividad por la cual pasa un artista
o escritor tras la conclusión de una obra. Es
preciso "fermentar" o "incubar"
una nueva manifestación. Es preciso volverse
hacia dentro, encogerse a fin de que sea posible dar
un salto, contraerse un poco, para poder pasar por una
abertura estrecha hasta un lugar mejor - el nacimiento
-.
Cuando el Sol retorna al lugar ocupado en la fecha
de nacimiento vivimos un recomienzo. Los 40 dias anteriores
cierran un ciclo - lo que no es necesariamente negativo.
En resumidas cuentas: ¿es negativo
o no lo es?
No siempre está tan claro. Los ciclos planetarios
más lentos pueden, incluso, atravesar aquel mes
que clasificamos como "infierno astral". Si
el período corresponde a combinaciones entre
los planetas en movimento en el cielo y los llamados
"planetas benéficos" en la terminología
medieval (Venus y Júpiter), dificilmente puede
ser calificado de problemático. Júpiter
en tránsito puede estar en conjunción
con Venus del mapa natal, lo que corresponde, en teoría,
a una fase afortunada en los afectos y en las finanzas.
Por otro lado, un período de transformaciones
y de toma de conciencia de los propios límites
puede ser confundido con un agravamiento de condiciones
difíciles supuestamente provocadas por el infierno
astral.
Las actitudes y convicciones también producen
problemas erróneamente atribuídos a esa
fase del año. Vean el ejemplo que sigue. Causa:
los militantes políticos activos de Brasil creen
firmemente que el ser humano es corrupto y que por eso
mismo deben defenderse actuando de forma igualmente
corrupta (según lo que creen). A causa de esto,
roban el patrimonio de un grupo de personas en un crimen
llamado malversación y practican el tráfico
de influencia. Efecto: esto cae justo cuando llega el
"infierno astral". Entonces ellos piensan:
"claro, estoy pasando por el infierno astral",
y se convencen a sí mismos de que, además
de ser víctimas del sistema, fue un elemento
externo (los astros), y no ellos, lo que causó
el problema.
Lo que creemos es lo que somos. Lo que creamos en la
mente, hacemos que suceda en lo cotidiano, igual que
no vemos lo que no queremos ver. Si decimos: "Vaya,
llegó aquella fase del año. Ahora me lían
una gorda."- entondes recuerde: usted se la montó
a sí mismo. El universo entero va a conspirar
a favor de su propio pensamiento, o sea, contra usted.
Sea gracias a los medios de comunicación, sea
gracias a la falta de sentido crítico, las creencias
se van confirmando, especialmente cuando no creemos
que queremos ver aquello. Es decir, la mente humana,
como selectiva que es, verá lo que quiere ver.
Si el pensamiento es muy negativo, cuando alguien dice
"Fulano es una fiera en la empresa", se tiende
a pensar que el sujeto es irritable y grosero, cuando
en realidad se quiere decir que Fulano es muy competente.
La atitud mental es tan importante que, si tuviéramos
manía de persecución, ni siquiera unos
ciclos afortunadísimos podrían atenuar
los sentimentos incómodos, aunque todo a la vez
pareciese normal.
Podemos concluir afirmando que la idea de infierno
astral popularizada por los medios de comunicación
no es verdadera. Por tratarse de un final de ciclo,
no deja de tener sus cosillas. Pero, a pesar de eso,
precisamente durante la fase que precede al aniversario,
existe quien lo pasa muy bien y no son pocas las personas
en esas condiciones. No se trata solamente de tener
un mirada positiva hacia la vida, algo que, está
claro, reduce tremendamente las adversidades. Se trata
de un ciclo de vida individual y de crecer en consciencia
y en percepción.
Traducido del original
portugués por Astro-Campus
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