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EL SOL EN LAS DOCE CASAS

 

La casa donde se halla el Sol indica aquella esfera de nuestra vida dónde nos resulta más fácil y cómodo lucir nuestras cualidades particulares y destacarnos como personas únicas. Ahí podemos distinguirnos de los demás mediante nuestra influencia y fuerza, resplandecer gracias a nuestros logros y a nuestro ser especial. Es el ámbito de la vida que nos permite separamos del colectivo y establecer nuestra identidad individual y única.


El Sol tiene el poder de fomentar el crecimiento y la madurez, de llevar a la práctica opciones nuevas y de crear alternativas en el sector de la carta en donde se encuentra.

 

Sol en la 1ª Casa


La 1ª Casa contiene el Ascendente y es, por lo tanto, el área más personal del mapa astral. La condición de esta casa indica la naturaleza de nuestra personalidad, nuestro temperamento y el grado de confianza que tenemos en nosotros mismos.

El Sol en esta casa tiene un efecto estimulante e infunde la vida con luz y calor. Tiende a influir sobre los demás y llamarle la atención, para irradiar tu poder de tal manera que otros se sientan atraídos por su energía y su resplandor. Enfrenta la vida con vigor, entusiasmo y determinación de hacer algo consigo mismo. Exige de la vida una situación que le permite ejercitar su autoridad natural y satisfacer su deseo de reconocimiento. Una expresión negativa del Sol en la 1ª Casa puede ser una personalidad dominante, un egocentrismo extremo y un exceso de orgullo. Tiene una afinidad natural con el signo Aries y el planeta Marte.

 

Sol en la 2ª Casa


La 2ª Casa representa nuestro deseo de obtener y poseer valores, no sólo tangibles y económicos, sino también mentales, emocionales y espirituales, que necesitamos para la seguridad de nuestra existencia. Simboliza lo que anhelamos, nuestro sentido de adquirir cosas, nuestra tendencia a acumular, las finanzas y otras fuentes de ingresos. También está relacionada con nuestras ataduras emocionales a las cosas o personas que nos rodean. Tiene una afinidad natural con el signo Tauro y el planeta Venus.


Con el Sol en la 2ª Casa, experimenta una necesidad apremiante de cultivar sus habilidades, sus valores y sus recursos personales para lograr un sentimiento de individualidad y seguridad. Piensa que puede alcanzar el sentimiento de poder y de la propia dignidad mediante la adquisición de dinero y de posesiones, y por medio de la capacidad de administrar y organizar el mundo material.


La naturaleza de cualquier planeta que se encuentra en la 2ª Casa es valorada porque son ésas las cualidades que nos ofrecen seguridad. Por consiguiente, con el Sol en esta casa, la seguridad se obtiene mediante la posesión y el cultivo de atributos tales como la fuerza, la nobleza, la autoridad, un sentimiento de ser alguien especial y el coraje. Sentirá más seguridad en la vida si cultiva estos rasgos, independientemente de cuánto dinero tenga en el banco.

 

Sol en la 3ª Casa


La 3ª Casa representa el desarrollo de nuestra relación comunicativa con el entorno y nuestra forma de ver y comprender las circunstancias externas. Es el dominio del pensamiento lógico, de la facultad del habla y de la adquisición de datos e informaciones. La astrología clásica relaciona la Tercera Casa también con nuestros hermanos y vecinos, las conversaciones y charlas, nuestros deseos y esfuerzos y viajes cortos. Esta casa tiene una afinidad natural con el signo Géminis y el planeta Mercurio.


La posición del Sol en la 3ª Casa indica que en el sentimiento del valor, la dignidad y el poder proviene del refuerzo del intelecto y de la capacidad de comunicación. Necesita sentir que en su medio inmediato se le escucha y se le tiene en cuenta. Por consiguiente, más que limitarle a absorber y reflejar actitudes e influencias provenientes del medio, debe cultivar y reconocer sus propios pensamientos, sus puntos de vista y la visión que tiene de las cosas.

 

Sol en la 4ª Casa


El Immum Coeli (IC) está justo al otro lado del Medium Coeli (MC), del Medio cielo, y se halla, por lo tanto, en el punto más bajo del horóscopo, donde señala el comienzo de la 4ª Casa. Debido a que es el punto de la esfera celeste diametralmente opuesto al cenit se llama también nadir y simboliza aquel lado de la personalidad que es oculto, a saber: nuestras raíces, nuestra cuna y nuestros sentimientos que no son siempre visibles a primera vista.


La 4ª Casa tiene que ver con el mundo del subconsciente, la base emocional, la tradición familiar y, en concreto, la madre como símbolo de protección y nutrición. Esta casa representa la base de operaciones desde la cual nos enfrentamos con la vida, y tiene una afinidad natural con el signo Cáncer y la Luna.


Con el Sol en la 4ª Casa, necesita profundizar mucho para llegar al nivel de autoconocimiento y autodefinición, ya que le hace falta establecer su propia identidad individual como diferente del medio familiar, sin negar que forma también parte de la familia. El peligro reside, por una parte, en derivar en medida excesiva la identidad del linaje, y convertirle en una mera réplica de lo que éste representa. Por otra parte, sin embargo, está el peligro de que rechace en su totalidad estos elementos, como medio de liberarse de sus imposiciones. La tarea que hay que cumplir consiste en combinar de alguna manera ambos factores: reconocer su herencia y sus vínculos con la familia de origen, sin por eso dejar de cultivar una identidad con derecho propio. Entonces, una profunda necesidad de expresar lo que hay de propio y peculiar en su identidad constituirá el cimiento sobre el cual podrá edificar gran parte de su vida.

 

Sol en la 5ª Casa

La Quinta Casa es la casa del Sol y simboliza, por lo tanto, nuestra aspiración de expresar las cualidades únicas de nuestra personalidad en todo su resplandor y plenitud. Aquí se manifiesta nuestro placer de experimentar y nuestra fuerza creativa. También muestra la relación que tenemos con los niños, así como el niño que se esconde en nosotros mismos. La 5ª Casa nos proporciona conocimiento acerca de la sexualidad, del placer de vivir y de la constitución física en general. Esta casa tiene una afinidad natural con el signo Leo.


Con el Sol en su propia casa, siente la necesidad de dar expresión al yo para encontrar su propósito en la vida y conservar su salud física y psíquica. Por lo tanto, es aconsejable alguna forma de expresión artística que le conducirá a liberar el espíritu, dar cauces a sus emociones y sentimientos y ampliar continuamente el territorio de influencia de su creatividad. Si no, podría optar por el romance y las aventuras amorosas para dar relieve a tu sentido de participación en la vida y, al mismo tiempo, incrementar su sentimiento de ser "especial". Otro peligro es que, debido a que la necesidad de ser el centro de la atención es muy fuerte con el Sol en la Casa 5, sea incapaz de tolerar situaciones en las cuales todos los ojos no estén enfocados en él. Incluso podría recurrir a métodos dudosos de llamar la atención: siempre es preferible que a uno lo miren mal a que no lo miren en absoluto.

 

Sol en la 6ª Casa


La 6ª Casa corresponde a nuestra facultad y forma de utilizar nuestros recursos y cualidades según las necesidades que se presentan en la vida. Aquí vemos nuestra actitud hacia el trabajo y el modo de cómo organizamos nuestra existencia. La astrología clásica relaciona la 6ª Casa con temas como el cumplimiento del deber, la inteligencia práctica, la salud y la alimentación. Esta casa tiene una afinidad natural con el signo Virgo y el planeta Mercurio.


Con el Sol en esta casa, suele gozar de buena salud, tal vez porque hace todo lo posible para mantenerla: una dieta sana, deporte, ejercicios de yoga y técnicas de purificación. También le preocupa la salud de los demás, lo cual puede llevarle a una profesión en el campo de la higiene o medicina. Es muy trabajador, siempre pensando y preocupándose por todo. De naturaleza servicial, le gusta ocuparse de las necesidades de los demás. Es perspicaz y sabe distinguir las manzanas sanas de las podridas.

 

 

Sol en la 7ª Casa


El Descendente es el punto diametralmente opuesto al Ascendente, y se halla, por lo tanto, en aquel signo que se estuvo poniendo en el horizonte occidental cuando nacimos. Contrario al Ascendente, describe nuestra facultad de recibir y absorber aquello que se nos va acercando. Es el comienzo de la 7ª Casa y simboliza nuestro encuentro con el tú, la forma de establecer contactos, y las personas que cobran significado en el transcurso de nuestra vida. Esta casa revela el tipo de persona que se siente atraída hacia nosotros e indica las expectativas que aportamos a nuestras relaciones.


Con este telón de fondo, la 7ª Casa representa empresas comunes, contactos humanos, relaciones íntimas y socios en general, incluso enemigos. Tiene una afinidad natural con el signo Libra y el planeta Venus.
Con el Sol en esa casa, aunque puede parecer paradójico, el mejor camino para encontrar el sentido de su finalidad, su individualidad y su poder se halla en las asociaciones y relaciones. Participar en actividades conjuntas plantea problemas que le permiten definir con mayor claridad quién es. Su identidad se configura y refuerza en los altibajos y las complicaciones con que tropiezas en el intento de establecer alianzas vitales, sinceras y vivificantes. La 7ª Casa representa también la forma en que interactuamos con la sociedad en general. Para favorecer el proceso de individuación, quienes tienen el Sol en esta casa necesitan del contacto con gente. Podría, incluso, orientarle vocacionalmente hacia una profesión que le lleve a trabajar con relaciones interpersonales o ante el público.


Esta casa es donde experimentamos las relaciones en una base de uno a uno. Es la "búsqueda del yo en los ojos del otro" y esta casa actúa como un espejo, rastreando en la vida para recoger las imágenes reflejadas que pueden reforzar un sentido de totalidad y existencia. Hay algo de paradoja con el Sol aquí ya que éste representa el Yo, el sentido consciente de la Identidad y el Ser Yo mismo. Aunque la 7ª casa representa al otro.


El Sol, el yo, la identidad en el mundo, con frecuencia tratará de encontrar la expresión en una forma que sublima la consciencia de ser un individuo separado a favor de vivir las metas y el viaje de vida a través de las asociaciones. Las relaciones son el vehículo en el cual la persona pone la mayor importancia y el encontrar un verdadero sentido del yo es en ocasiones experimentado como nublado o perdido en el otro. Esto se aplica de igual forma a una sola persona o a "otro" todo colectivo como en el gran público, por lo cual la persona podría necesitar la aprobación de las personas en un más amplio sentido. Aquellas áreas de experiencia íntima donde la interdependencia sobre la "retroalimentación" está más claramente expresada o amortiguada por el cambio constante en la percepción personal. Muchos realizadores tienen esta posición y forman una relación de "retroalimentación" con su público que son particularmente íntimos y empujaran para sentir la vivencia vital.


De esta manera, la persona con el Sol en la 7ª puede buscar fama y reconocimiento por razones muy subjetivas, para establecer y confirmar un sentido del ser. La 7ª casa puede ser vista como parte de nosotros mismos no mostramos a los demás, la "sombra" desde muchas perspectivas. Debido a que la 7ª casa comienza con el Descendente (opuesto al Ascendente) y el Ascendente o 1ª casa es con la que hacemos contacto con el mundo del entorno; es a través del Descendente o 7ª casa que debemos esconder aquellas partes con las que no estamos seguros de mostrar. Ahora, somos arrastrados a relaciones debido a que el "otro" de alguna manera trae estas cualidades para nosotros. Encontrando la "pareja interna" en lo que Jung llama la conjunción, el matrimonio del anima y el animus es difícil para cualquiera con esta colocación, la individuación es proyectada hacia el exterior y la persona del sexo opuesto se vuelve el gancho para la proyección de una parte de la psique.


Uno puede negar o relegar a la Sombra el sentido del ser o simplemente aquellas partes del Yo que no son aceptables a un papel determinado por la vida, con frecuencia un padre. Entonces la posición es peligrosa ya que puede arrastrar a la gente a la vida que representa el lado negativo del yo e inversamente, el otro puede tomar todas las cualidades positivas de la persona. Pueden entonces ya sea vivir las vidas que dependen de otros solamente para sentirse vivo.


Esto puede frecuentemente ser la marca del realizador, viviendo la vida a través de una audiencia o alguien que simplemente confía en la pareja de matrimonio. Dependiendo en el signo de la 7ª casa y los aspectos del Sol, la persona puede parecer estar muy "junta" e independiente pero esto con frecuencia puede ser un "espectáculo" ya que el Sol mostrará su luz en la casa en la que se encuentra. Raramente encontrará a la persona sola; generalmente no les gusta su propia compañía, debido a que son muy dependientes de alguien, incluso aunque sean bastante sociables, esto lo hacen para confirmar su existencia.


La 7ª casa también es vista como la Casa de los Enemigos. Todo lo que no nos gusta de nosotros mismos tiende a ser negado y proyectado a los demás, así esto les llega del lado oscuro de nosotros mismos y lo reconocemos en otros pero no en nosotros mismos. Esto pasa con la pareja de matrimonio pero también se proyectará en cualquier persona. Aunque, uno encuentra la personalidad que puede estar en una alerta constante para alguien que debe completar los aspectos negativos de sí mismo o aquellas partes que niega.
Podemos expresar solamente lo negativo a través del "Otro" y apropiarnos de lo positivo; podemos incluso tomar el control de lo negativo del otro y accionarlo por ellos. De cualquier forma, hay una energía real paradójica con el Sol aquí. La gente con el Sol en la 7ª inevitablemente tendrá un viaje de vida relacionado o no a los demás de una forma u otra. Pueden necesitar vivir solos en algún momento de la vida, sentir rechazo a fin de encontrarse a sí mismos.


Mucha gente con el Sol en la 7ª descubre un sentido de identidad a través del rechazo, horadan en recursos que no sabían que tenían. Encuentran difícil vivir su vida solos, enamorándose fácilmente. Tienen mucho que dar a los demás pero tienen una necesidad profundamente asentada de dar de sí mismos, también tienen la necesidad de confirmación de su valía y necesidad de recibir la aprobación de la gente. Esta casa esta relacionada con el signo Libra en el zodíaco natural. Si recuerda, Libra está representado por una balanza metálica. Todos los demás signos son criaturas vivientes. En Libra, hay una falta de vitalidad simbólica "en" el signo así que buscará la energía de vida de los demás. Mucha gente con este emplazamiento se contenta con ser la persona de apoyo en la relación y nunca siente un impulso para descubrir su propio potencial. Puede ser que encuentran la conjunción a través del matrimonio ideal, de una u otra forma es lo que buscan, y muchos pueden tener éxito. Aquellos que no están insatisfechos.


La naturaleza angular de esta casa es tal que el "ideal" de la relación es un concepto personalizado no uno abstracto. Uno busca la relación ideal y aún más la relación ideal con el yo interno proyectándolo en la otra persona. Cualquier cosa que le falte perfección debe ser eliminada y rechazada y así la persona cumple la tarea más difícil, rechaza a fin de evitar el rechazo. La persona con el Sol en la 7ª puede verdaderamente quitar la vitalidad de otro, alimentarse de la fuente de vida de la pareja a fin de estar vivo y ser notado.


Estas personas darán todo por una relación. Son lo que son y se sienten mas vivo cuando están en un papel de compartir. La fuerza vital del Sol brilla más claramente para ellos y la identidad investida en el ser está a gusto en el ser en la relación. Por lo tanto, para aquella gente, estando "casado" con otro es la expresión más creativa de su poder. Hacen excelentes "parejas, esposos, esposas" debido a esto. En una relación de negocios apoyarán y guiarán al otro en cualquier papel, y la alternancia que ocurre como proyección se lleva a cabo en este eje de casas. Así probablemente encontramos el Sol de la 7ª tanto que puede ser el poder detrás del trono.
La 7ª casa será el lugar para buscar un sentido de identidad con aquellos con el Sol aquí, es a través de la confirmación del otro que encuentra a su verdadero yo, lo que es la "pareja" en las relaciones. No importa qué signo se encuentre en la cúspide de la 7ª si el Sol se encuentra aquí necesitará de alguna manera de retroalimentación.

 

 

Sol en la 8ª Casa


La 8ª Casa corresponde a la intensificación del encuentro con el Tú. Debido a que está opuesta a la Segunda Casa, simboliza los valores en una relación matrimonial o de socios y, también, nuestra capacidad de compartir. Aquí los recursos deben crearse y utilizarse para el bien común. Además se relaciona con temas como las herencias, el sexo y la muerte, la transformación y las enfermedades virulentas. Es afín al signo Escorpión y los planetas Marte y Plutón.


El Sol en la 8ª Casa le concede un fuerte interés por todo lo que hay de escondido, oculto y misterioso en la vida. De hecho, le fascina y preocupa la muerte o cualquier tema que la sociedad considere tabú. Especialmente los sentimientos y las emociones que circulan por las corrientes subterráneas e invisibles mediante las cuales se conectan entre sí las personas movilizan su atención. Quizá ya sabe por experiencia que las relaciones que dejan al descubierto pasiones ocul-tas y desencadenan las emociones primitivas de complejos infantiles no resueltos sirven, también, a los procesos solares de crecimiento y evolución.


Con el Sol en la 8ª, las relaciones íntimas actúan como catalizadores que provocan la crisis, la regeneración y el cambio. Por consiguiente, para él las relaciones afectivas no son algo en lo que puedas, de cuando en cuando, meter un pie para refrescarse; son aguas en las que debe aprender a nadar. Si por alguna razón, intenta evitar cualquier intimidad auténtica, se privará a sí mismo de la posibilidad de transformación y crecimiento interior.

 

 

Sol en la 9ª Casa


En la 9ª Casa se trata de relacionar el cono-cimiento adquirido con las experiencias personales para lograr una visión integral del mundo y una orientación en la vida. Aquí no reunimos datos por el simple hecho de acumularlos, sino para analizar y comprender procesos sociales, encontrar una respuesta a la pregunta por el propósito de la existencia y ampliar nuestra conciencia ética y moral. El hombre desarrolla distintas visiones y busca su sitio en el mundo, y para ampliar su horizonte le ayudan los viajes, tantos los internos como los externos, también relacionados con esta casa. Otros temas son la filosofía, la religión y el derecho. La 9ª Casa tiene afinidad con el signo Sagitario y el planeta Júpiter.


Con el Sol en la 9ª Casa, una de las cosas más importantes para él es ampliar su entendimiento y su visión de la vida. La capacidad de percibir pautas y significados más profundos, que actúan en las esferas colectiva y personal de la vida, potencia y vitaliza al Sol emplazado en la 9ª.


Compartir e intercambiar su visión con otras personas le ayudará a precisar mejor sus propios rasgos distintivos. Tal vez piensa que, en vez de aceptar en su totalidad y sin menor crítica un sistema de creencias, puede destilar una visión personal de la verdad del conocimiento obtenido mediante la investigación de diferentes grupos, filosofías o religiones.


Existe el problema de que llegue a estar tan preocupado por "el cuadro total" y los problemas abstractos de la vida que pierda el contacto con la realidad cotidiana. O que se ocupe tanto en planear la vida y cartografiar el futuro que se olvides de vivir.


Por el lado positivo, sabe contagiar a los demás su entusiasmo y su visión, y es posible que difunda sus conocimientos enseñando, o escribiendo y publicando.

 

Sol en la 10ª Casa


El Medium Coeli o Medio Cielo (MC) es el cenit, el punto más alto, del horóscopo y se encuentra, por lo tanto, diametralmente opuesto al Imum Coeli (IC), o Nadir. Es simultáneamente el comienzo de la Décima Casa que simboliza, entre otras cosas, nuestra posición social, la cual corresponde en la sociedad actual al éxito profesional.


Aquí se trata también de temas sociales, igual que en la 9ª Casa, pero el énfasis está en lo práctico y real. La reputación, la ambición de hacer carrera, la responsabilidad hacia la sociedad y metas políticas son algunos de los temas de la 10ª. Es afín a Capricornio y al planeta Saturno.


Con el Sol en la 10ª, su identidad está ligada a la carrera y los logros profesionales. Esta casa describe las cualidades que deseamos que los demás adviertan en nosotros, y aquí el Sol pugna por ser visto como alguien que emana poder, fuerza y autoridad. Tiene la profunda necesidad de ser admirado como alguien que sabe lo que quiere, pero corres el riesgo de que sus logros públicos o profesionales estén en conflicto con su vida hogareña y privada.


Otro peligro con este emplazamiento es que el sentimiento de la propia identidad o dignidad puede respaldarse en exceso en un título o en la posición en el mundo. En caso que los pierdas, es posible que quedes totalmente despojado y aniquilado. Por consiguiente, es importante no sobrevalorar los logros externos, sino cultivar simultáneamente la vida interior.

 

 

Sol en la 11ª Casa


La 11ª refleja nuestro deseo de alcanzar una determinada identidad o posición por medio de la identificación con un grupo. Entramos en contacto con otras personas para intercambiar ideas y formular objetivos comunes, muchas veces destinados a mejorar la situación social actual.


Buscamos las cosas que compartimos con otros para entendernos y sentirnos como parte de la humanidad y poder mostrar solidaridad. Por lo tanto, la 11ª representa nuestro círculo de amigos, experiencias colectivas, ideas humanitarias y visiones futuras destinadas al progreso de la sociedad en que vivimos. Esta casa tiene afinidad con el signo Acuario y los planetas Saturno y Urano.


Con el Sol en la 11ª casa alcanza un sentido más convincente de su identidad por medio de actividades sociales, humanitarias o políticas. De alguna manera, siente que su identidad debe estar vinculada con una unidad mayor que él mismo. El reconocimiento personal puede ser obtenido mediante la pertenencia a un grupo, y no es excepcional que alguien que tenga el Sol en esta casa se eleve hasta una situación prominente o que llegue a ejercer su influencia en diversos tipos de organizaciones.


Corre el peligro de aceptar una identidad en bloque al afiliarse a un grupo, un sistema de creencias o una causa. En este caso, no se puede decir que uno es lo que come; uno es lo que le da de comer el grupo. Es necesario que distinga cuidadosamente lo que cree de lo que el grupo le dice que debe creer.
Los amigos son importantes para su plena evolución. Puede ejercer un fuerte influjo sobre sus amigos más íntimos, y a la vez, los amigos pueden abrirle panoramas nuevos y colaborar contigo en el logro de sus objetivos.


Sería prudente que se esfuerce conscientemente por ponerse metas factibles que pueda tomar como objetivos. Sus esfuerzos por alcanzarlas contribuirán de alguna manera a la formación de un sentimiento más sólido y más concreto de identidad, propósito y poder. Uno de los ingredientes más vitales en el proceso de autocuración es tener una razón para vivir.

 

 

Sol en la 12ª Casa


La 12ª es la más compleja, porque corresponde a esferas de la vida que se consideran tabúes y no suelen ser temas de nuestras conversaciones. Es la última parte del sistema de casas y simboliza la terminación de un ciclo evolutivo. Aquí se disuelve el ego y el sentido de la individualidad, basados en designaciones materiales y, por lo tanto, falsas, a favor de un sentimiento de comunión y comunidad espirituales. Al mismo tiempo, nos retiramos del mundo exterior para prepararnos para la muerte física y pasar a la vida siguiente. Esta casa tiene afinidad con el signo de Piscis y el planeta Neptuno.


En la 12ª casa, el Sol no se encuentra en un ambiente cómodo y afín, ya que hay una discrepancia arquetípica básica entre el principio solar, el cual quiere establecer, esclarecer y perpetuar una identidad propia, y la esencia de la 12ª, que amenaza con disolver y desestructurar las fronteras del falso ego. La resolución del conflicto exige que el sentido del Yo material se extienda más allá de los alcances habituales de la conciencia y que aprenda a ponerse al servicio del alma, de la identidad espiritual, y de los demás. Conseguirlo no es fácil: el yo personal necesita tener flexibilidad suficiente para dar cabida a esos elementos, sin ser por eso tan débil que resulte abrumado por ellos.


Corre el riesgo de que, en su esfuerzo por mantener una identidad sólida y firme, rechace la existencia del inconsciente, ya sea personal o colectivo. En nombre de la claridad y de la razón, alzas barreras para prohibir la entrada de todo lo irracional, místico o transpersonal. Sin embargo, con este emplazamiento del Sol, se le da la oportunidad de unir las dos facetas del yo, lo personal y lo colectivo, lo consciente y lo inconsciente, en el intento de ayudarles a trabar recíproca amistad.


La coalición entre las fuerzas del ego y el ámbito oculto y más profundo de la psique es potencialmente muy fructífera. Su sensibilidad y su actitud abierta ante aquello que va más allá de las necesidades y intereses de su propia persona pueden llevarle a ser un buen servidor que responde con eficacia a las necesidades de otros. Por otro lado, en la línea de las asociaciones tradicionales de la 12ª casa, es probable que necesites pasar buena parte de su tiempo a solas, ya que es tan receptivo a lo que emanan otros, que continuamente absorbe influencias del medio. Los períodos de retiro y retraimiento le ayudan a deshacerse de lo que ha "captado" y a recuperar el sentimiento de sus propios límites. En ocasiones, un tiempo de crisis y de aislamiento precede a una experiencia de despertar y de iluminación.

 



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