El aspecto Venus - Plutón
Astronómicamente
parece que no hay muchas semejanzas entre Venus
y Plutón. Sin embargo podemos encontrar
algunas analogías. Físicamente Venus
está rodeado de una gruesa capa de nubes
que impiden ver la superficie del planeta. No
obstante, las sondas enviadas y el análisis
de los radiotelescopios indican una frecuente
actividad volcánica. Las sondas Venera
15 y 16 registraron la existencia de numerosos
cráteres producidos por los volcanes.Además,
son los únicos dos planetas del sistema
solar que giran sobre su propio eje al revés
que los demás. En Venus y en Plutón,
el Sol sale por el oeste y se oculta por el este.
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La ligadura entre ambos planetas es más profunda
de lo que creemos.
Los vampiros han pasado por toda forma de representación:
han sido hombres, mujeres, niñitos, ancianos,
animales, alienígenas, dibujos animados y quien
sabe que más.
Hay algunas mujeres que aspiran a ser vampiresas.
Hollywood ha tenido mucho que ver con esto. Muchas se
identifican con la femme fatale comedora
de hombres. Se dedican desmayadamente al ocio y al placer,
y de alguna manera han logrado modificar la imagen femenina
dominada por la ideología machista. Puede que
estas vampiresas de la vida real, sinteticen el aspecto
Venus/Plutón desde el punto de vista del comportamiento
social.
Detengámonos ahora en el análisis del
aspecto entre ambos planetas, sin entrar en mayores
detalles en cuanto al tipo de relación. A priori
un aspecto duro (conjunción, cuadratura u oposición)
generará una tensión mayor que un aspecto
blando (trígono y sextil). A veces no es necesario
que efectivamente estén aspectados. Una carta
con preponderancia plutoniano/venusina también
habilitará la temática Amor Muerte.
La persona con esta estructura energética tiene
dentro de sí a La Bella y a La Bestia. Lo delicado
y lo intenso. La belleza y el horror. La entrega y el
poder. Como con todo aspecto, el aprendizaje consiste
en hacer una alquimia entre ellos.
Pero lo más habitual es quedarse en un polo y
proyectar el otro, sobre todo en la oposición.
Identificada con Venus, la persona huye del monstruo,
pero sistemáticamente tropieza y queda a su merced.
(O huye de un monstruo para caer en los brazos de otro).
Puede sentir que si se abre afectivamente puede ser
destruida. Por eso le cuesta entregarse, aunque puede
ser muy seductora. Tiene un doble movimiento: inconscientemente
se abre ante lo que teme, pero esto es rechazado conscientemente.
Vive la tragedia de anhelar algo que en el fondo no
quiere que suceda.
Si la persona está identificada con Plutón,
querría dominar y someter a alguien delicado
y frágil. Se siente un monstruo, y le parece
imposible que alguien pueda amarlo. Necesita descubrir
su fealdad pero teme ser rechazado al hacerlo.
Sería un gran avance para el lado plutoniano
darse cuenta que esto revela su gran vulnerabilidad;
como así también apreciar de qué
modo el lado venusino manipula al poderoso
desde la atracción y la seducción.
Para empezar a resolver esta dicotomía habría
que investigar cómo las relaciones afectivas
generan un juego de poder y un control mutuo. El camino
de la transformación consiste en integrar el
lado oscuro, cosa que en este caso sólo puede
hacerse a través del vínculo amoroso.
La sombra imposible de aceptar en uno es traída
por el otro. El tema es descubrir que uno es más
monstruoso de lo que creía
o más vulnerable, según donde esté
posicionada la conciencia.
A fin de cuentas, amar implica morir.
Pero es el amor narcisista el que muere, pues un amor
verdadero implica la transformación total de
la vida. Este proceso transformador puede verse claramente
en el Drácula de Coppola.
Mina Murray, la casta educadora victoriana, tropieza
accidentalmente con las láminas de
un libro similar al Kamasutra. Se ve ofendida y escandalizada
por las imágenes, aunque su risa nerviosa junto
con la de Lucy Westenra trasluce su fascinación
por ellas. La intensidad, por decirlo de alguna manera,
aún está muy lejos de su conciencia.
Tras su encuentro con el Príncipe Vlad (que si
recuerdan, de Azul sólo tiene los lentes), Mina
queda fascinada por su poder para dominar a las bestias,
y con el corazón latiéndole fuerte se
anima a acariciar insinuantemente el pelaje de un lobo
salvaje. Ella ha hecho el primer contacto con su bestia
interna.
Al final de la película, completamente vampirizada,
primero besa y luego da muerte a su amado (aún
con rasgos monstruosos) para así liberarlo de
su insoportable inmortalidad. Ha comprendido su otro
lado, no proyecta más, se ha transformado en
una Venus Plutón absoluta.
Vimos como el lado identificado con Venus va incorporando
dosis cada vez mayores de Plutón
hasta transformarse en Venus Plutón.
El lado identificado con Plutón, Drácula,
comienza como un desolado monstruo en un tenebroso castillo,
reptando por los muros y sacrificando bebés.
Venus ha quedado lejísimo de su conciencia.
Cuando Mina relata su visión (digamos, desde
una vida pasada) del hogar natal del Conde, a éste
se le nublan los ojos de la emoción. Ha conectado
con un punto sensible en su alma. Al final, sólo
el amor total consigue redimirlo (y transformarlo),
entregándose y renunciando a su vida anterior
como inmortal.
Ahora vemos que el lado identificado con Plutón
va incorporando dosis cada vez mayores de
Venus hasta transformarse en lo que siempre ha sido:
Venus Plutón.
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