Tercero y último de los signos de Fuego, compartirá
con Aries y Leo el optimismo, la calidez, la confianza
en si mismo y en la vida, pero por pertenecer a la modalidad
mutable, carece de la vibración chisporroteante
de las llamas encendidas. Más bien semeja el
fuego de las brasas, que si se lo aviva vuelve a prenderse
y si no permanece dando apenas un poco de calor.
Si asociamos los signos de fuego con las castas o clases
poderosas de diferentes culturas, podríamos atribuir
a Aries (cardinal) la de los guerreros; a Leo (fijo),
la de los aristócratas y a Sagitario (mutable)
la de los sacerdotes. Los primeros conquistan, los segundos
gobiernan, los terceros son los intermediarios entre
los hombres y los dioses.
Si lo relacionamos con su opuesto, veremos que mientras
en Géminis la atención se centra en ejercitar
el lenguaje, en preguntar, en tratar de captar y conocer
el mundo circundante, en Sagitario, por el contrario,
se buscan respuestas amplias y abarcativas, que den
cuenta de las diferentes problemáticas humanas:
el para qué y el hacia dónde de la vida.
Como signo posterior a Escorpio le corresponde encontrar
un sentido, una nueva mirada, un cambio de perspectiva
luego de la crisis.
La flecha que lo simboliza grafica la posibilidad que,
a través del conocimiento, el hombre vuele hacia
su transformación, mute su ser animal en ser
espiritual.
Originalmente, el símbolo de Sagitario es un
centauro con un arco tensado. Este ser mitológico,
mitad caballo, mitad humano, señala la amenaza
de tornarse bestia cuando no se equilibran los instintos
con el poder espiriitual. El jinete, por el contrario,
demuestra al hombre que ha domado a la bestia. La imagen
de San Jorge con el dragón es una de las tantas
maneras en que se ha planteado la necesidad de dominar
la bestia interior.
El arco y la flecha, no sólo cumplen funciones
para los cazadores y como arma de los caballeros, sino
que también denota un ejercicio espiritual en
algunos rituales de purificación.
El tiro con arco es una disciplina esencial en el Oriente.
La flecha, como relámpago o rayo solar, es el
trozo de luz que atraviesa las tinieblas de la ignorancia,
convirtiéndose en símbolo del conocimiento.
El guerrero de corazón puro da en el blanco en
el primer intento, en tanto no es él quien dispara
sino que su interior se identifica con el ritmo de los
cielos y del universo que guían a la flecha para
clavarse en el centro.
En el cuerpo humano, rige la cadera y los muslos que
nos permiten elevarnos y mantenernos erguidos. Pero
también son las partes del cuerpo comprometidas
en la tarea de cabalgar. ¿Cuánto más
pudo ver y conocer el ser humano desde que adquirió
la posibilidad de montar un animal? Sagitario puede
muy bien asociarse con la imagen de un hombre que cabalga
gozosamente en pos de un horizonte que nunca alcanza
pero tampoco importa. El núcleo vital se desarrolla
en el camino, no en la llegada; de llegar se encargará
Capricornio, el signo siguiente.
Las características sagitarianas, llevan indefectiblemente
a una actitud religiosa, en cuanto necesidad de enlazar
(re ligare) lo bajo con lo alto. Y no es excepcional
que esta actitud religiosa se torne, a veces, fanática
por creerse un heraldo de la moral, con marcada fascinación
por rituales y ceremonias cuyo sentido ignora o ha olvidado.
Dice D. Ruddhyar, que Sagitario como signo precedente
a Capricornio - Navidad - está embarazado de
divinidad y, como buena madre, tiende a la abnegación,
el heroísmo y la tiranía.
En la vida cotidiana los veremos moverse como jugadores
y aventureros de corazón, seres que aman correr
riesgos, decubrir, explorar nuevos mundos y caminar
rutas desconocidas en lugar de transitar los caminos
ya probados.
Ciertos road movies cinematográficos o novelas
como "En el camino" o "Los vagabundos
de Dharma" de Jack Kerouac, trasuntan muy bien
esta mezcla de insatisfacción con la realidad
cotidiana, el echarse andar sin saber ni importar qué
se busca y la idea del viaje iniciático, puente
para cruzar a otra realidad.
Poseen un alma independiente, amante de la libertad,
inquieta. Necesitan un estilo de vida que implique viajes,
movimiento, cambios, oportunidad de encontrar gente
nueva y expandir su mundo.
La estabilidad y la rutina, que mucho pueden ofrecer
en términos de seguridad pero poca libertad y
espacio se convierten en cárceles, de lujo a
veces, pero prisiones al fin para Sagitario. Para ellos
la vida es un viaje, una aventura interesante y sin
fin, rica en posibilidades, y es difícil decidir
dónde fijar la atención y el esfuerzo.
Probablemente necesiten viajar mucho, ir de proyecto
en proyecto buscando nuevos intereses luego que el entusiamo
del momento se apaga, antes de establecerse en una carrera
o un propósito particulares. El compromiso, la
disciplina, la concentración en una meta no son
valores importantes para ellos. Actitud que en algunos
casos los viste de niños eternos, díscolos
y desinteresados por asumir responsabilidads de la vida
adulta.
Optimistas hasta la exageración, se fascinan
frente a los grandes sueños, aspiraciones y esperanzas
para el futuro, mientras se preparan en pos de lograr
algún fin lejano. Dueños de una gran cuota
de fe y confianza - en la vida, en los dioses, en sí
mismos - los fracasos no dejan marca. Toda desilusión
es rapidamente desechada en tanto aparece otro brillante
sueño o proyecto con el cual entusiasmarse.
Poseen una actitud deportiva frente a la vida: lo importante
no es ganar sino competir y una mirada indulgente sobre
los errores que rara vez son vividos como tales sino
como pasos necesarios de un aprendizaje.
Perciben con cierta claridad las tendencias futuras,
ven el panorama en su conjunto, teorizan y especulan.
La atención a los detalles y los requisitos prácticos
para implementar sus teorías, les resultan cuestiones
fastidiosas de las que intentan desembarazarse lo antes
posible.
De expresión directa, franca y abierta, a menudo
sus comentarios bruscos y carentes de tacto hieren a
quienes los reciben. En pos de un alarde de sinceridad,
demasiadas veces carece de sensibilidad y comprensión
hacia los sentimientos de los demás.
Difrutan de la amistad y la camaradería, siempre
y cuando no se le exijan compromisos que vive como quita
de su libertad. De actitud generosa - la mezquindad
le produce un efecto interno desvastador - les es fácil
compartir con otros que coincidan con sus ideales, su
sentido de la diversión, con el disfrute de los
placeres de la vida.
Veamos entre esta "troupe" de sagitarianos
a quienes elegirían como compañeros de
viaje: el Primer Ministro británico Winston Churchill,
el deportista y ex marido de Marilyn Monroe Joe Di Maggio,
el actor Gerard Philipe, el imaginativo Walt Disney,
los músicos Jimmy Hendrix y Silvio Rodríguez,
el Papa Juan XXIII.
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